3 de julio de 2012

Queriendo.

¿Qué mereces?, ¿qué quieres?, ¿qué obtienes?... en la mayoría de los casos, la respuesta no coincide. Sé lo que quiero, quiero un amor de esos que no temen quedarse para siempre, que me enseñe a perderme en un libro, que me haga perder todos los miedos, como perder una clase, fumar un cigarro, o hacer algo y que un policía con sobrepeso nos persiga por ello, que me haga escaparme un día para ir a un concierto, o desafiar a mis padres, pero lo más importante que después de hacerme tomar decisiones tan equivocadas como esas... me haga querer entregarle la vida, que me haga entregársela y que jamás, nunca me haga arrepentirme por ello. Que me haga querer ir más despacio en la vida para entender que los mejores momentos a veces pasan desapercibidos si no observamos con atención y que las cosas más increíbles y maravillosas pueden estar en los detalles más mínimos, un amor que me haga perder el miedo a volar, y a dejar volar mis sueños por temor a que no se cumplan, que me haga ver películas de miedo mientras se ríe de mis gritos y que me abrace mientras lloro viendo películas románticas, que quiera ver un partido de fútbol conmigo para que se sorprenda cuando se me escape una grosería o me explique lo que pase en el juego mientras voy a prepararnos más palomitas, que me ayude a bañar a mis 8 perros, y que me haga querer aprender a tocar la guitarra, a componerle una canción o mil canciones, todas sobre nosotros; tomarnos fotos en las que ambos salgamos pésimos y reír por ello. Quisiera uno de esos amores para las desveladas, para las tardes frías en que deseas un abrazo más que a nada en el mundo y para los días en que el sol puede brillar como nunca pareció hacerlo pero aún así no da luz a tus días como lo hacen sus ojos o su sonrisa... y que a pesar de que haya días malos, esté tan seguro como yo de que los momentos buenos son y valen mucho más. Que se sienta tan orgulloso de estar a tu lado que gritarle al mundo cuánto te quiere le parezca insuficiente y siempre haga algo para demostrarte cuan importante, especial y única eres para el, que sus besos sean como tu kriptonita, tu mayor debilidad y también eso que te hace fuerte. Un amor que sea tu todo, aunque al irse te deje sin nada, más que recuerdos, recuerdos que se vuelvan tu mayor tesoro y que por nada dejaras escapar. Lo quiero, creo merecerlo, pero de eso a que lo obtenga... eso es otra historia; pero si se escribe algún día, sera mi mejor historia.